Un faraón para ¿una crisis?
Los egiptólogos e historiadores todavía están investigando las causas y circunstancias exactas que podrían haber llevado a una división del imperio en tiempos de la II Dinastía. Wolfgang Helck, Nicolas Grimal, Hermann A. Schlögl, Francesco Tiradritti y Toby Wilkinson están convencidos de que el rey Nynecher, tercer regente de la segunda dinastía, dividió el reino egipcio en dos reinos independientes y dejó que gobernaran dos de sus hijos o herederos elegidos del trono. sincrónicamente.
Suponen que para entonces el aparato administrativo de Egipto se había vuelto demasiado grande y complejo, y estaba en peligro de colapsar (en especial en los momentos de crisis, como la sequia mencionada durante el reinado de Nynecher). Para evitar esto y facilitar la administración del estado, Egipto se dividió y se instalaron dos gobernantes al mismo tiempo. Esta situación (salvaguardando las distancias de espacio-tiempo) puede ser comparativa a la división que realizó Diocleciano con su sistema de Tetrarquía de dos augustos y dos cesares, para gobernar el basto imperio romano.
Sin embargo, se desconoce cuándo se dividió exactamente Egipto en dos zonas independientes. En este contexto, Percy E. Newberry señala que es posible que ya hayan surgido tensiones internas bajo el rey Nynecher. Newberry señala la inscripción de la piedra de Palermo, una tablilla de basalto negro que enumera los nombres y las fechas de todos los gobernantes desde la primera dinastía hasta el reinado del rey Neferirkare (quinta dinastía) en el anverso y el reverso.
La piedra registra los años 7 a 21 del reinado de Nynecher. En el año 14 de su reinado, se dice que el gobernante destruyó las ciudades de Shem-Re y Ha, si se aplica una de las dos posibles interpretaciones. Dmitri B. Proussakov agrega que a partir del año 12 del reinado, la ceremonia "Aparición del Rey del Alto y Bajo Egipto" (khaj-nisut-bitj) ya no se presenta con el nombre completo del trono (Nesut-Bity), sino solo como la "Aparición del Rey del Bajo Egipto" (khaj-bitj).
Proussakov interpreta esto como un indicador de que Nynecher solo tenía un poder limitado. En contraste, la egiptóloga Barbara Bell sospechó que una sequía prolongada bajo Nynecher llevó a la situación de hambruna, y para poder asegurar el suministro de alimentos para la población, el reino se dividió hasta que terminase la sequía y la hambruna mencionada. Bell basó su tesis en los registros de la altura de las inundaciones del Nilo debajo de las ventanas anuales de la piedra de Palermo. Según su interpretación, la piedra registró niveles inusualmente bajos del Nilo en la época del rey Nynecher.
Hoy, la teoría ha sido refutada. Historiadores como Stephan Seidlmayer han recalculado y corregido las estimaciones de Bell. Es posible que (B. Bell) no se haya dado cuenta de que la Piedra de Palermo solo muestra los niveles del Nilo en la región alrededor de Menfis e ignora los niveles a lo largo del resto del Nilo. Seidlmayer pudo demostrar que los niveles de inundación del Nilo en la época de Nynecher eran equilibrados y comparativamente altos. Por lo que se descartó a la sequia y hambruna como motivos de la división del reino. La razón real de una división sigue sin estar clara, por el momento.
Wolfgang Helck, Toby Wilkinson, Francesco Tiradritti, Hermann A. Schlögl, Walter B. Emery y Nicolas Grimal están convencidos de que Uneg tuvo que compartir el trono con otros gobernantes. El hallazgo de embarcaciones datadas del periodo indican que Uneg gobernó solo en el Bajo Egipto, ya que tales objetos no se han descubierto fuera del cementerio de Saqqara. Por esta razón, se está llevando a cabo una intensa investigación sobre quién podría haber gobernado en el vecino Alto Egipto en ese momento.
Otro problema son los muchos nombres de Horus y Nebty que aparecen en inscripciones de vasijas de piedra y sellos de arcilla. Estos fueron descubiertos en la Gran Galería Occidental en la necrópolis del Rey Djoser (Dinastía III) en Saqqara y en Abydos. Las inscripciones mencionan reyes como Sejemib, Sa, Nubnefer, Seneferka, Horus Ba, entre otros. Con la excepción de las vasijas de Sejemib, el número de objetos para los gobernantes restantes está severamente limitado. Por lo tanto, los egiptólogos e historiadores asumen que estos gobernantes, aparte de Sejemib, solo reinaron por un tiempo muy corto. El rey Seneferka puede ser idéntico al rey Qaa, o un breve sucesor suyo. Pero reyes como Nubnefer, Ba y "Bird" siguen siendo enigmáticos. Sus nombres también solo se han descubierto en Saqqara hasta ahora.
Una breve conclusión al respecto:
Al abordar sobre Uneg, debemos entender el complejo periodo que atravesaba el Egipto faraónico primario. El estado estaba expandiendo sus alcances, a la par de ir afrontando las complejidades de la gobernabilidad (sobre todo en tiempos de crisis). Las intrigas generadas en las esferas de poder de la monarquía, sobre todo en el momento de la definición de la redistribución de los granos, del privilegio para ciertos grupos sacerdotales, y el rol de la presencia real en cierta ciudades, generaron climas de tensión que, como se puede apreciar sobre el final de la Dinastía I, no han concluido, y pudieron generar nuevos escenarios de conflictividad intra-monárquica, las cuales encontraron canales de resolución en medidas "temporales", como fue en este caso, la supuesta división del reinado entre los herederos de Nynecher. Pero no es posible afirmarlo sin caer en el riesgo de no tener el considerable apoyo de las fuentes, ya que (como siempre pasa en estos casos de civilizaciones antiguas) disponemos de las evidencias que han sobrevivido al paso del tiempo, y (en sociedades estatales de este tipo) han atravesado "los filtros historiográficos" del estado faraónico (hablando de la Piedra de Palermo). Uneg existió, aunque el alcance de su poder sigue estando abierto a futuras investigaciones para la egiptología y la historia, como disciplina humanista.
Bibliografía recomendada:
Nicolás Grimal (2004 [1988]) - Historia del Antiguo Egipto, Editorial Akal, Madrid.
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